Subvocalizar Aprende a leer rápido
Cómo Corregir La Subvocalización
Tenemos que tener en cuenta que la lectura rápida requiere de un esfuerzo constante, de aprender a reconocer hábitos para luego eliminarlos o modificarlos y que la constancia es nuestro amigo más fiel durante el proceso.
Los ejercicios no son complicados, pero si se necesita de la práctica.
Para corregir la subvocalización, un hábito muy común en adultos y niños, no dejes de leer la siguiente nota.
La lectura rápida y la tradicional tienen en común el hecho de reconocer que la palabra como tal representa un sonido puntual. Esto se debe a que en los inicios de la humanidad no se escribía, sino que se hablaba para expresar sentimientos, información, rituales, costumbres, etc.
El sonido también está presente en el momento en que aprendemos un idioma nuevo, por ejemplo, cuando se enseña la manera en que las palabras se deben decir o cómo tendrían que sonar. Esto se debe a que el cerebro debe usar sonidos familiares para reconocer palabras o entender significados.
Nuestra mente es increíble y tiene muchas habilidades, y una de ellas es representar las palabras con imágenes internas cada vez que se pronuncian. Piensa en “silla” y la imaginará, ahora en “ventana” y hará una recreación de lo que reconoce como tal. No es necesario que lo escuche, sino que con ver la palabra, bastará para saber de qué se trata.
Es por ello que la subvocalización y también la vocalización es innecesaria: nuestra mente no la necesita para comprender lo que ocurre o lo que el autor escribió en el texto. Por ello, es clave corregir este hábito.
Técnicas para suprimir la subvocalización
Se han creado varios ejercicios por parte de los especialistas en lectura rápida para que las personas dejen de lado la subvocalización al momento de leer. No es fácil de eliminar, sin embargo, con el tiempo es posible corregirlo.
Las opciones son las siguientes:
-Silbar en voz baja o tararear un sonido mientras se está leyendo, con el fin de que la mente “esté ocupada” en otra cosa y no desee narrarnos lo que dice el texto.
-Escuchar música sin letra, sólo los sonidos. Nunca la radio o temas de nuestros artistas preferidos que nos perturben al momento de la lectura.
-Repetir mentalmente cualquier palabra sin sentido o significado, tales como “trémolo” o “plañir”, también unir sílabas para que no tengan coherencia. La función de ellas será cubrir la repetición que se produce en la mente cuando se está leyendo, es decir, evitar la representación que hace el cerebro cuando recibe una palabra conocida.
Puedes comprobar que tu capacidad de comprensión desciende un poco mientras haces estos ejercicios debido a que no tienes un seguimiento profesional, sin embargo, no debes preocuparte, porque se trata de una primera etapa de adaptación, normal y que sin duda se supera y sobre todo, permite triplicar la capacidad que tenemos para entender.
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