A pesar de que la mayoría de las personas en el mundo podemos leer, no siempre tenemos buenos hábitos de lectura y caemos en errores que obstaculizan nuestra capacidad de entendimiento y velocidad, en consecuencia del correcto desarrollo de una lectura.
Los malos hábitos de la lectura como parte del proceso de lectura son en realidad distracciones que no nos permiten la plena concentración a la hora de practicar la lectura. Generalmente son aspectos que ni siquiera nosotros mismos nos damos cuenta que estamos ejecutando pero que al final cuenta como una distracción y entorpece el proceso de la anterior nombrada. A continuación veremos cuáles son los más comunes para que busques la manera de eliminarlo y reemplazarlo por un buen hábito de lectura:
1.- Movimientos corporales: desde la postura correcta al sentarnos que hace que nuestro cerebro se distraiga con pensamientos distintos a la lectura generando estrés hasta mover los pies, las manos balanceándonos o guiándonos con el dedo en cada línea del texto, es importante que mientras leamos estemos relajados y enfocados en el texto con el movimiento que debe predominar en la lectura que debe ser el de los ojos.
2.- Vocabulario deficiente: Un buen lector siempre tiene a mano un diccionario. Si el vocabulario es deficiente y escaso habrá palabras que nos saltemos a la hora de leer sin saber que esas palabras pueden hacer que el texto pierda sentido, y que la lectura se vuelva lenta, desde luego que mientras más leas el vocabulario va ir aumentando a medida que encontremos y aprendamos nuevas palabras.
3.- Leer con los labios: Aunque es un movimiento corporal quisimos darle un resalte aparte a este punto debido a que muchas veces este hábito es inconsciente debido a la forma en que nos enseñaron a leer, tendemos a pensar que si vocalizamos la información podemos comprenderla mejor, sin embrago esto produce que usemos sentidos que nada tienen que ver con el proceso lector afectando la concentración y la velocidad de lectura.
4.- Oírse a sí mismo: Es la lectura del que oye las palabras que lee, aunque sin leer en voz alta, como si una voz interior se las leyera en voz alta en su cabeza. El hábito, probablemente, deriva de haber aprendido a leer en voz alta. Al leer no debemos oír nada ya que produce una dependencia a la comprensión y la velocidad del lector.
5.- Saltarse el prólogo: En ocasiones lo único que queremos es iniciar ese texto que tanto nos han recomendado o que hemos esperado con ansias. Abrimos el libro y en las primeras páginas nos encontramos con estudios que parecen alejarnos de la esencia a la que queremos llegar. El prólogo y la introducción son fundamentales para cualquier obra: en algunos casos te enseñarán los puntos que el autor pretende abordar y en otros te darán un contexto que te ayudará a comprender al escritor.
6.- Regresar a leer o releer: Es aquella que consiste en volver atrás a la hora de practicar la lectura sin haber terminado el texto o incluso empezar de nuevo. Muchas veces se hace inconscientemente, y además entorpece la lectura y la comprensión de lo leído y se pierde la idea principal. Algunas personas piensan que ayuda a confirmar el texto, pero es todo lo contrario.
Te dejamos las siguientes recomendaciones a tener en cuenta al momento de leer.
1. Busca eliminar los malos hábitos de la lectura.
2. Aplica la técnica adecuada o correcta a la lectura de acuerdo al texto.
3. Incrementa tu vocabulario para lograr una lectura más fluida y comprensible.
4. Haz menos paradas de la vista en la línea.
5. Trata de captar más palabras en un golpe de vista.
6. Busca las palabras clave..
9. No leas en forma pasiva.
11. No repitas mentalmente lo que estás leyendo
12. No mueva sus labios.
13. No te distraigas al momento de leer.
14. No muevas la cabeza, sigue la lectura con los ojos.
Los libros tanto impresos como digitales son medios imprescindibles para vivir numerosas historias y aprender y desarrollar de mejor manera el potencial de nuestro cerebro como lo hemos mencionado en anteriores artículos la lectura es para el cerebro como gimnasio. Desafortunadamente, en algunas ocasiones podemos temerles porque lo malos hábitos obstaculizan nuestra capacidad de comprender lo plasmado en sus páginas. Es por ello que conocer nuestros errores al momento de leer abrirá un mundo de posibilidades únicas.
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